¿Porqué hoy en día hay tan pocos antibióticos en primera línea de investigación?

2013-11-19T12:14:14+01:0019 noviembre 2013|Atención Farmacéutica|

Porqué hoy en día hay tan pocos antibióticos en primera línea de investigación, no es un pregunta difícil de contestar. Basta con reflexionar un poco sobre nosotros mismos y nuestra acitud entorno a estos medicamentos. Unos los utilizan rutinariamente -me atrevería a decir que, a veces, abusivamente- como si fuesen la panacea para cualquier síntoma invernal (tos, mucosidad, irritación de garganta,…). Otros, apenas los toman o no terminan su tratamiento, recelosos de sus posibles efectos secundarios, incluso cuando el médico se los prescribe acertadamente. Para otros, lo más determinante es el precio: «parece mentira que un «simple» tratamiento para unos días pueda resultar tan «caro»», he podido escuchar alguna vez mientras dispensaba.

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A pesar de que la sociedad no se opone a que las compañías farmacéuticas investiguen y desarrollen nuevos antibióticos, son los propios profesionales de la salud y los expertos investigadores los que restringen su uso. En otras palabras, los nuevos productos antimicrobianos permanecerán en los laboratorios hasta que sean realmente necesarios para los pacientes, debido al problema de la resistencia a los antibióticos ocasionado por el uso imprudente y abusivo de los mismos en los últimos años.

Otra importante razón por la que no se lanzan al mercado nuevos productos antimicrobianos es que los antibióticos se prescriben puntualmente para una infección determinada y durante un corto período de tiempo, por lo que las compañías no obtienen beneficios de ventas comparables a los de los medicamentos de uso crónico.

Además, para obtener su licencia de mercado, los nuevos antibióticos deben demostrar que son superiores en cuanto eficacia a los ya existentes, y que sus posibles efectos secundarios son menores en número y gravedad. Esto obviamente, hace muy difícil su puesta en el mercado.

Sin embargo, parece ser que los organismos oficiales reguladores y las compañías farmacéuticas comienzan a reconocer la importancia que puede tener las repercusiones de no seguir investigando y lanzando al mercado nuevos productos antimicrobianos que ayuden a combatir el ingente número de infecciones debidas a la resistencia a antibióticos existentes. En este sentido, el pasado verano, la OMS publicó un informe relacionado con los medicamentos prioritarios en el que se citaba el hecho de que las infecciones debidas a la resistencia a antibióticos estaban estrechamente relacionadas con la existencia de un vacío farmacoterapéutico, ya que existen algunos tratamientos que a día de hoy pueden declararse inefectivos y muchos otros lo serán pronto.

El Día Europeo del Uso Prudente de Antibióticos (que se celebra el 18 de noviembre de cada año) tiene como objetivo informar a la población de los riesgos para la salud pública que tiene la resistencia a antibióticos y motivar su uso prudente y moderado.

La Unión Europea (UE) y la Federación Europea de Industrias Famacéuticas y Asociaciones (EFPIA) han creado un proyecto común llamado Innovative Medicines Iniciative (Iniciativa para Medicinas Innovadoras), que también trabaja en este problema a través del grupo de trabajo «New drugs for bad bugs» (ND4BB), creado en mayo de 2012 con un presupuesto de 223,7 millones de euros. El principal objetivo de este proyecto es desarrollar nuevos antibióticos mediante la financiación de su investigación donde pequeñas y medianas empresas farmacéuticas y grupos de trabajo académicos trabajen junto a grandes compañías para crear un centro de descubrimiento y desarrollo de nuevos antibióticos que acaben con los microorganismos bacterianos resistentes.

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